Mejorando la relación con tus padres

Mejorar la relación con tus padres es un viaje de vital importancia porque gracias a ellos estás viva(o). Como la energía de vida fluye de tus ancestros, hacia tus padres y de ellos hacia ti, sanar esta relación tiene un valor incalculable. Independientemente de cómo haya sido la conexión y de cómo sean ellos, sanar la relación depende de ti y te beneficia. Por eso, el primer paso hacia la transformación se encuentra en el acto de ELEGIR. Escoge conscientemente mejorar el vínculo con tus padres y reconoce que esto no es un regalo para ellos, sino un presente para ti.


Ejercicios que ayudan a sanar la relación y construir un vínculo con tus padres

1. Deja atrás el pasado y sana tus heridas

Uno de los aspectos esenciales en tu proceso de sanación es desprenderte del pasado y tomar la responsabilidad de sanar tus propias heridas. Aunque tus padres hayan sido los responsables de estas, no les corresponde a ellos sanarlas. Es doloroso pensar que hubieran podido tratarte diferente, haber sido amorosos y cuidarte de mejor manera. Reconoce que, si no lo hicieron en el pasado, tampoco lo harán ahora. Seguir pensando que tus padres pueden cambiar y tratarte como quieres te causa más daño que beneficio. Esperar que te den el amor y el cariño que deberías recibir de ellos evita que tú te responsabilices y comiences a hacer el trabajo personal que te corresponde.

Un ejemplo palpable puede ser Ana, quien, tras años de resentimiento hacia sus padres por su ausencia emocional, decidió ir a terapia para cerrar esas heridas, permitiendo una relación más sana y actual con ellos, lo que la llevó a sentirse mejor con ella misma.

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2. Entender a tus padres: un viaje al pasado

Imaginar a tus padres cuando eran pequeños puede ayudarte a comprender y empatizar con sus decisiones y comportamientos actuales. Entender no es sinónimo de justificar, pero amplía tu perspectiva y te permite verlos bajo una luz diferente, apreciando sus luchas y triunfos. Luis, por ejemplo, tras descubrir las duras circunstancias de la infancia de su padre, pudo ver sus rigideces y exigencias desde un lugar de miedo y protección, no de autoritarismo puro.


3. Honra a tus progenitores

Hacerlo implica respetarlos sin juzgar y permitir que asuman las consecuencias de sus acciones. El respeto por la jerarquía y el reconocimiento de que la energía vital fluye de arriba abajo es crucial. Aunque tus padres envejezcan, mantienen un rol esencial en tu vida que merece ser honrado. María aprendió esta lección tras años de intentar cambiar a sus padres; cuando comenzó a respetar y honrar sus decisiones, sin juicio, la relación se volvió menos conflictiva. Entonces pudo tomar su lugar de hija, devolver lo que no le corresponde y avanzar.

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4. Aprende a agradecer

Este acto es poderoso. Agradecer tanto lo bueno como lo malo te permite reconocer y aceptar todo lo que tus padres te han dado, lo cual te ha formado como persona. Al verlos como representantes de lo “grande” —Dios, la vida, prosperidad—, agradeciéndoles lo que has recibido y recibes de ellos, eleva tu frecuencia vibracional y permite que fluyan hacia ti más bendiciones. Rosa, que siempre se sintió insatisfecha con lo que recibió de sus padres, experimentó un giro en su vida cuando empezó a practicar la gratitud genuina hacia ellos.

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5. Define tus límites

Es fundamental determinar cómo deseas interactuar con tus padres en el presente; te sugiero ir planeando cómo deseas que sea la relación en el futuro cuando sean más ancianos. Establecer reglas claras respecto a la distancia física, comunicación y trato resulta esencial para proteger tu bienestar emocional. Así, cada individuo conserva su autonomía y se respeta a sí mismo y a los demás. Juan, al definir y comunicar claramente sus límites y necesidades a sus padres, pudo construir una relación basada en el respeto.


6. Desarrolla cualidades esenciales

Para satisfacer tus necesidades, poner límites y avanzar en tu vida, es esencial que desarrolles las cualidades o habilidades que te hagan falta. Quizá necesites cultivar la independencia económica o aprender a aceptar que puedes “fallar” según las expectativas de tus padres y aun así ser valiosa(o). Carmen, por ejemplo, luchó para independizarse económicamente de sus padres, lo que le permitió liberarse de expectativas y construir una relación sana en la que puso sus límites.


7. Transformar desde el amor y el autoconocimiento

El viaje para mejorar la relación con los padres es único e individual. Si optas por este sendero, estás eligiendo una transformación personal que trasciende todos los aspectos de tu vida, enriqueciéndote y expandiendo tu potencial. No es un camino lineal, y cada avance conlleva emociones y descubrimientos que tejen un vínculo más honesto, sano y respetuoso con tus padres.  Finalmente, mucho de lo que eres te viene dado de ellos, así que al transformar y sanar este vínculo estás fortaleciendo la conexión contigo misma(o).

Al realizar estas prácticas, mejoras la relación con tus padres y avanzas en tu camino hacia amarte y aceptarte. Cada paso que das es una inversión invaluable en tu propio crecimiento y desarrollo emocional. Es crucial reconocer que, a veces, las herramientas y estrategias autodirigidas necesitar ser complementadas con el apoyo de un profesional. En este sentido, las sesiones individuales con el Método Magui Block son una excelente opción para quienes buscan sanar las heridas emocionales y mejorar las relaciones familiares desde un enfoque probado y efectivo.