Puedes identificar conductas destructivas en ti cuando, en lugar de hacer lo que te beneficia, haces exactamente lo contrario.
Seguramente, quieres ser feliz. Te preguntarás entonces: ¿por qué haces cosas que te perjudican y te alejan de tus metas, de lo que quieres o de la felicidad que anhelas?
Hay muchas razones por las cuales puedes tener conductas destructivas; la mayoría tienen su origen en el sistema familiar, aunque también tienen que ver con tus experiencias de vida.
La historia familiar, las reglas de la familia, lo que está grabado en el patrón familiar y lo que debes hacer para pertenecer puede llevarte a hacer cosas que son perjudiciales para ti; las haces de manera inconsciente por mantenerte fiel a tu sistema familiar.
Ejemplos de conductas destructivas
Puedes estar perdiendo tu dinero, ya sea en juegos o gastándolo desmesuradamente para evitar sentirte en riesgo.
Gran parte de lo que está en la “memoria familiar” es un misterio y tiene el poder de controlar tu vida, como si fueras un títere guiado por hilos invisibles.
Sin darte cuenta, haces lo que tu familia quiere en lugar de hacer lo que tú quieres.
¿Cómo hacer solo lo que te beneficia?
Para que no te hagas daño, oriéntate hacia la vida, es decir, hacia lo que te hace bien. Para ello, necesitas actuar de tres maneras:
- Ubica tu lugar dentro del sistema familiar.
- Llénate de energía de vida.
- Elige ir hacia la vida y hacia lo que te nutre.
1. Toma tu lugar
Para ocupar tu lugar debes hacer tres cosas:
- Agradecer lo que te tocó.
- Darle su lugar a cada quien.
- Respetar al otro.
Esta actitud es la que nos enseñan en QiGong: “serenidad por dentro, respeto por fuera”.
- Serenidad contigo para ocupar tu lugar en la familia y hacer lo que te toca tranquilamente.
- Respeto hacia los demás para dejarlos ser quienes son, ocupando su lugar y haciendo su función, sin tratar de cambiar la manera en que lo hacen.
¡Esto es lo mejor que puedes hacer por ti! Tomar tu lugar es más sencillo de lo que supones. Simplemente tienes que estar en el aquí y en el ahora haciendo tu función.
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2. Llénate de energía de vida
La energía de vida la recibes de tus padres. En el escenario ideal, esa debe fluir como el agua en una cascada, de arriba hacia abajo, de ancestros a descendientes.
Gracias a la fuerza de la energía de vida, vives y puedes hacer lo que deseas. La necesitas para avanzar y lograr tus metas.
Para recibir la energía de vida que tus ancestros tienen para darte, te invito a que trabajes en sentir un profundo respeto hacia tus ancestros y les des el lugar que les corresponde en el sistema familiar. De esta manera, la energía de vida será fuerte y abundante en tu vida.
3. Ve hacia la vida y hacia lo que te nutre
Te acabo de hablar del llamado movimiento hacia los padres, que se da cuando los hijos se acercan a ellos para tomar energía de vida.
El movimiento que debes hacer ahora se llama movimiento hacia la vida, que es cuando el hijo o la hija dirige su atención a sus intereses personales.
Estos dos movimientos son el inhalar y el exhalar de los sistemas familiares.
Para que un hijo pueda moverse hacia la vida necesita haber completado su movimiento hacia los padres: inhala tomando energía de vida de su familia y exhala yendo hacia su propia vida.
Hay hijos que se niegan a aceptar a sus padres, reprochándoles que lo que recibieron no fue lo adecuado, muy poco o diferente a lo que deseaban. Entonces, siguen esperando recibir de sus padres, sin poder ir hacia la vida.
Si tus padres no te dieron lo que necesitabas en el pasado, ¿por qué crees que te lo van a dar ahora? Lo mejor que puedes hacer por ti es avanzar hacia la vida, pero solo puedes hacerlo si agradeces lo que recibiste, aunque no haya sido lo que querías.