28 Ene
En ocasiones, cuando debes tomar decisiones y no sabes qué hacer, quedas en shock. Sabes que la decisión que tomes ante las oportunidades que se te presentan puede dar un giro a tu vida, y esto te aterra.
Para ayudarte a cambiar esa actitud por una que te beneficie, te presento dos historias. En ellas ilustro situaciones con las que podrías identificarte, para, a partir de allí, exponer sus consecuencias de forma sencilla y sugerirte qué deberías hacer para enfrentarlas.
La historia de Yolanda
Yolanda se dedicó a sus hijos y al hogar durante los últimos diez años, y ahora quiere volver a trabajar, pero se siente insegura porque ha estado alejada del medio laboral.
Es capaz e inteligente, y aprovecha su mente ágil y su carismática personalidad para conseguir un buen empleo. Tiene dos propuestas:
- En la primera desempeñará funciones rutinarias en un horario más largo, pero tiene un sueldo seguro.
- En la segunda tiene horario flexible y posibilidad de crecimiento, pero el sueldo es variable.
- La primera opción está en su zona segura; es un trabajo que sabe realizar.
- La segunda opción es un reto.
Yolanda tiene que elegir: dar un brinco para alcanzar un escalón más alto a nivel profesional o quedarse en lo que conoce.
La decisión sería fácil si la supervivencia de Yolanda y sus hijos no dependiera de este trabajo.
La historia de Maribel
Maribel lleva cuatro años con su novio. Está profundamente enamorada de él y le parece el hombre perfecto para formar una familia. Sin embargo, desde que planeó su vida profesional, su sueño fue irse a España a estudiar una maestría.
Terminó la carrera y ahora tiene que elegir: irse y cumplir su propósito profesional con el riesgo de perder al hombre que ama o renunciar a su sueño y conservar su relación.
Hay situaciones en que las decisiones que necesitas tomar van a afectar la dirección de tu vida. Los riesgos y los beneficios te pueden causar miedo y confusión.
No saber qué va a pasar —si fracasarás o tendrás éxito— puede paralizarte, porque no sabes qué decidir ante las opciones que se te presentan.
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Tomar decisiones para enfrentar tus retos
En las historias de Maribel y Yolanda había dos partes en su interior que estaban en guerra:
- Una quería despegar, avanzar y arriesgarse.
- La otra tenía miedo y quería quedarse en lo conocido, sin salir de la zona segura.
Es como tener al diablito y al angelito en cada oreja, aconsejándote para seguir diferentes direcciones.
Para avanzar de manera coordinada hacia tus metas, necesitas saber qué quieres y realizar las acciones concretas en la dirección a la que deseas ir.
Para dar el brinco y brillar con todo tu potencial necesitas estar en paz.
Un mayor reto requiere de más esfuerzo y fuerza de voluntad para superar los obstáculos que se te presenten. Y también representa la pérdida del “lugar seguro”.
No existen los caminos “buenos” o los “malos”, todo depende de lo que quieras vivir. Al enfrentar los retos, aprendes lecciones y creces como persona. Si los evitas, no aprendes la lección, y estos volverán a presentarse una y otra vez, porque tienes que recibir esa enseñanza.
Así que, mientras más rápido aprendas la lección que hay en cada reto, más fácil y feliz será tu vida.
Por eso, te invito a enfrentar tus retos sin miedo e identificar lo que realmente deseas.
