11 Ene
Es cierto que la razón inicial por la que estableces relaciones con los demás es para recibir algo que a ti te falta, y para compartir con el otro lo que tienes para dar. Por desgracia, en el caso de las relaciones tóxicas, este concepto se distorsiona.
Una relación tóxica es una que, en lugar de nutrirte, te succiona, y esto termina por drenarte.
¿Sientes que te encuentras en una relación así?
Si es así, te invito a que tomes cartas en el asunto y te liberes de estas dinámicas destructivas, para que empieces a tener relaciones que te nutran y te llenen de bienestar.
¿Cómo liberarte de una relación tóxica?
Lo primero que debes hacer para liberarte es identificar que estás en una, y esto lo logras reconociendo estos sentimientos:
- ¿Sientes que te atas a esa relación por miedo a que te abandonen o buscando recibir un poquito de amor?
- ¿Te has encontrado justificando acciones agresivas o dañinas que otros han tenido hacia ti, pensando que te las mereces?
- ¿Sientes que te has quedado en esa relación por “obligación”?
Si no te haces consciente de estas señales en tus relaciones, cualquiera que sea —con tu pareja, tus padres, tus hermanos, tus amigas, tus colegas, etc.—, no vas a salir de ese círculo vicioso, y ni siquiera te vas a dar cuenta de la gravedad de la situación.
Por eso, es importante que, si te has identificado con alguno de esos tres sentimientos, reconozcas que te encuentras en una relación tóxica y puedas ponerte en acción para transformarla o liberarte de ella, y así alcanzar un nuevo nivel de bienestar.
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Explorando todavía más profundo
Si aún sientes que necesitas ir más allá para solucionar este problema, entonces hay raíces que debes identificar.
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