La autoestima es la opinión emocional que tienes de ti misma, y también cómo te valoras y te calificas. Esta opinión viene de las creencias que vas adquiriendo a lo largo de tu vida, principalmente de lo que percibes en las figuras de autoridad —padres, abuelos, profesores de la escuela, etc.— acerca de quién eres. Si te dicen palabras que te nutren, desarrollas una buena autoestima; pero si la forma en que te dan retroalimentación es negativa, señalando solo los defectos, tu autoestima será baja.
La manera en que te trataban durante la infancia genera un hábito e influye en cómo te hablas a ti misma en el día a día. Si usas palabras despectivas o amorosas, esto influirá en el tipo de autoestima que tendrás. Tenerla alta es una señal de bienestar, ya que te permite ser más comprensiva con tu persona y aceptarte.
Entonces, si la autoestima es algo que viene de dentro, el ego llega de afuera, pues necesita de palabras de admiración y la comparación con los demás para suplir esa falta de emoción y dialogo interno positivo. Como puede ser difícil distinguir una buena autoestima de un ego alto, a continuación, te voy a compartir cuatro maneras de identificar la diferencia entre la autoestima y el ego:
1. Admiración poco realista
La primera gran diferencia es que una persona con autoestima alta es consciente tanto de sus virtudes como de sus defectos. En cambio, una con un ego alto tiene mucha dificultad para verlos. Una persona así no logra integrar una versión de sí misma que tiene ambas partes: cualidades y defectos. Por ejemplo, Andrea tiene la visión de que es súper inteligente; cada vez que le va mal en alguna tarea o examen, le echa la culpa al profesor o a sus compañeros de equipo. Como considera que ninguna calificación es culpa suya, nunca se pone a estudiar, y sus resultados bajan al punto de estar en riesgo de reprobar. Esto hace que ahora se sienta muy tonta y la peor estudiante. Integrar la idea de que aun siendo inteligente necesita estudiar con dedicación sus asignaturas es algo que le cuesta trabajo hacer debido a su ego.
2. Su versión de la realidad es la única
Una persona con autoestima alta es capaz de comprender que las demás personas tienen perspectivas diferentes e incluso contrarias a la suya. El ego es algo frágil que se alimenta del exterior, por lo que otras formas de ver la vida lo ponen en peligro. Esto se vuelve evidente en cuestiones de gustos y creencias. Si a Enrique no le gustan las mismas películas que a Mario porque “se le hacen lentas y aburridas”, no es una crítica a Mario. Pero si este último tiene el ego alto, va a defender a capa y espada sus películas, porque lo vive como una crítica directa a sí mismo. Lo mismo ocurre con las creencias: si una persona cree algo diferente a otra, ambas son igual de válidas. Ser capaz de aceptar que existen distintas formas correctas y valiosas de creer, percibir y sentir te permite distinguir la diferencia entre la autoestima y el ego.
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3. Visión jerárquica
Las personas que tienen un ego alto tienden a pensar que están por encima de los demás en un aspecto u otro. Esto puede ser en categorías como fuerza, apariencia física, capacidad intelectual, conciencia o cualquier otra. Necesitan sentirse superiores a los demás para alimentar su ego desde el exterior. Sin embargo, una persona con alta autoestima comprende que no es superior a otras, simplemente es diferente y difícilmente se puede comparar con alguien más. Acomodarse o ubicarse en una jerarquía con otras personas es algo que se hace desde el ego.
4. Preocuparse solo por sí misma
Una persona con el ego alto necesita ser el centro de atención tanto de eventos más grandes como de las relaciones personales. Debido a esto, tiende a negar las necesidades de los demás, y si en algún momento no se siente como el centro de atención, se enfada. Por ejemplo, cuando le cuentas un problema a una persona que tiene un ego alto, va a minimizar tu problema y contar algo sobre sí misma que regrese la atención a ella, ya sea tu mismo problema, pero “más difícil”, o algún otro tema donde sea el centro.
En cambio, una persona con una autoestima alta se preocupa por sí misma, pero también por los problemas de los demás. Escucha atentamente y sabe que es importante darle un lugar al otro y sus necesidades en la relación. Por ejemplo, si alguien con una autoestima alta está escuchando las dificultades que alguien más tiene, las cuales ella podría resolver fácilmente, entiende que para el otro es complicado, y por eso le da su lugar y le ayuda empáticamente.
Reconocer la diferencia entre la autoestima y el ego te permite transformarte con amor. Construir una buena autoestima te convierte en una persona más feliz y con relaciones nutrientes. Si observas que necesitas ayuda para lograrlo, recuerda que el Método Magui Block® resulta un gran apoyo, pues te otorga las herramientas y los recursos necesarios para construir una autoestima saludable.